Si, sigo esperando que los autos vuelen, la posibilidad de teletransportarnos y un sin fin de pavadas que no serán, pero estaría buenísimo que fueran.
Un nuevo año comienza, las expectativas se renuevan, los desafíos crecen y los problemas … siguen ahí.
Lo cierto es que el 2009 fue, sin duda, un año muy provechoso. La gripe, el dengue, nuevas amistades surgieron y antiguas se afianzaron.
Mi mejor amigo, por no decir mi hermano, se casó (Ver fotos curiosos), la Ceci otra gran amiga también se caso (Sigan chusmiando fotos), adquirimos un autito, Zoe abanderada en su egreso de pre jardín (Más para los curiosos). Joaquín una hermosa máquina de hacer cagadas; Caro y yo viviendo nuestros 7 años de casados (8 y monedas de convivencia – casi de connivencia, jajaja). El laburo, bien gracias, los proyectos cada vez más complejos pero más redituables – claro está – y un 2010 muy promisorio.
Que decirles más que feliz año (algo atrasado) y nos vemos prontito.
No es nuevo que los científicos crucen datos para dar pie a las más disparatadas teorias. Pero atentos muchachos, que si su nivel de inteligencia es algo más elevado que la media normal, he aquí un nuevo argumento para justificar su descendencia.
Después de poco menos de 13 años y producto de las inquietas manitos de mis hijos me he visto forzado a pasar a retiro a mis inseparables lentes de sol, los cuales fueron un regalo de Jesús Quiñones (amigo que compartió conmigo parte de mi año de intercambio en Turquía) y de allí su alto valor afectivo.